Como consulta de cardiología en Avilés de referencia, nos gustaría dedicar las siguientes líneas a hablarte sobre la historia del marcapasos.
En 1899, J. A. McWilliam publicó un artículo en el British Medical Journal sobre los experimentos en los que la aplicación de un impulso eléctrico al corazón humano en estado asistólico provocaba una contracción ventricular. En dicho texto, explicaba que se podía generar un ritmo de 60-70 impulsos por minuto gracias a los impulsos eléctricos aplicados a espacios iguales a 60-70 por minuto.
En 1926, el doctor Mark C. Lidwell, en el hospital Royal Prince Alfred de Sídney, apoyado por el físico Edgar H Booth de la Universidad de Sídney, desarrollaron un aparato portátil que se conectaba a un "punto de disparo" en el corazón. Se basaba en dos electrodos: uno era una almohadilla mojada en solución salina que se ponía en la piel y otro era una aguja aislada, salvo la punta que se clavaba en la cámara cardíaca apropiada.
En aquel dispositivo, el ritmo del marcapasos era variable: iba de 80 a 120 pulsos por minuto, e igualmente el voltaje variaba desde 1.5 hasta 120 voltios.
Como consulta de cardiología en Avilés, queremos que sepas que aquel aparato fue utilizado para revivir a un niño que había nacido muerto en el hospital materno Crown Street en Sídney, cuyo corazón siguó latiendo "por voluntad propia" después de 10 minutos.
En 1932, el fisiólogo americano Albert Hyman creó un instrumento electromecánico que desarrolló con un motor eléctrico de manivela. Hyman lo llamó ‘marcapasos artificial’, término que se usa en la actualidad.
No dudes en venir a la consulta de Dra. Rosario Cortina – Cardiología.